Pocos inicios hay tan estimulantes como el que aguarda a la salida de Markina-Xemein. Primero, el idílico pueblo de Bolibar y, luego, un monumento religioso único en Bizkaia: la antigua Colegiata de Ziortza, que lleva más de nueve siglos siendo testigo del paso de caminantes que marchan hacia Santiago. Los bosques de Gorontzugaral serán la última concesión rústica antes de regresar a las vaguadas habitadas y aldeas arracimadas que se prolongarán hasta la histórica villa de Gernika. La etapa regalará tramos de transición y cada pocos kilómetros, ya sea en Munitibar o en Zarra, encontraremos ventas o fuentes en las que poder llenar la cantimplora o cruzar palabras con las gentes del lugar. La Casa de Juntas y el histórico roble de Gernika es el mejor de los premios imaginables para esta jornada.